"He pasado mi vida fingiendo que puedo soportar este dolor profundo que tengo en mi interior. La verdad es que estoy anhelando un amor, un amor que es divino. Y he recorrido el mundo entero, deseando que él estuviera ahí....."

martes, 8 de junio de 2010

Capítulo 2

La habitación era muy amplia, tanto, que si quisiéramos estar sin molestarnos el uno al otro sería posible.
Nada más entrar, estaban las dos camas, una a cada lado de la parte central de la habitación, que más que una habitación parecía un pequeño apartamento, porque tenía hasta una cocina en la parte derecha, que comunicaba con la parte central de la habitación con un gran hueco del tamaño de una gran puerta.
Al lado de cada cama había un armario, y cada uno teníamos nuestro propio escritorio.
Mi nuevo compañero de habitación dejo la maleta que me había ayudado a llevar hacia dentro, al lado de mi cama.

‘Una habitación con cocina incluida…esto no lo decía en la página web’ , pensé.

Deje las otras bolsas, fui hacia la cocina y dije: “¡anda! ¡Tenemos cocina y todo!”
Al decir esto me paré a pensar que había sonado demasiado familiar.

“Si, es lo bueno que tienen las habitaciones de dos, porque las otras no tienen cocina.” Su voz era muy agradable, al igual que su manera de hablar.

Oí sus pasos acercándose a la cocina, y al girarme vi su cabeza asomando, en su cara su gesto divertido. Y esa fue la primera vez que me fijé mejor en él; tenía el pelo oscuro y rizado, le llegaba hasta los hombros. Algunos de los rizos los llevaba recogidos en una coleta mientras otros caían libremente por delante de su frente y a los lados de la cabeza.

“Cuando nos hemos encontrado en la puerta iba de camino a comprar algo para cenar, ¿te gusta la comida mexicana?”

Me quedé observando esa sonrisa. Sus rasgos faciales y su expresión eran tan agradables como su voz. Me parecía un buen chico. No solo eso, si no que era muy amable, más de lo que las personas suelen ser desconocidos.

“No pensaba que iba a tener compañía antes. Pero ahora que lo sé, quería preguntarte”

“No es mi fuerte la comida mexicana la verdad. Mientras sea algo sin carne me conformo” Reí algo nerviosa.

“¿Eres vegetariana?” Preguntó. Y como siempre, esperé el siguiente comentario que haría.

“Yo también” Dijo contento “Ya tenemos dos cosas en común” Se dirigió a la puerta y la abrió.

Pero antes de salir se dio la vuelta y me preguntó: “Que mal educado..Aún no te he preguntado cómo te llamas” Esperó la respuesta

“Maria” Dije algo tímida.

“Maria… Encantado, yo soy Michael” Me regaló otra de sus sonrisas de anuncio, se dio la vuelta, y marchó.

lunes, 7 de junio de 2010

Capítulo 1

Una suave brisa me acariciaba las mejillas mientras caminaba por el campus de la universidad. Aún no había empezado el curso, pero la mayoría de estudiantes que se quedaban a vivir en la residencia de la universidad ya estaban llegando. Yo era una de ellas.
Faltaban 3 días para empezar las clases, y yo estaba algo nerviosa por el cambio de universidad, pero en el fondo estaba tranquila porque sabía que este cambio de aires me sentaría muy bien. Aunque habría preferido que Laura, mi mejor amiga, me hubiera acompañado también.
En un principio acordamos que ella se vendría conmigo, y que compartiríamos habitación. Ella cambió de opinión y al final se ha quedado en nuestra antigua universidad.
Así que ahora me tocaba averiguar con quien me tocaba compartir habitación, según me he informado la mayoría de habitaciones son de cuatro personas.
Ahora me encontraba en la entrada de la residencia universitaria, allí había algo muy parecido a la recepción de un hotel, pero mucho más sencilla, y era donde debía recoger la llave de mi habitación.
“Perdone. Me dijeron que aquí era donde debía recoger mi llave.” La mujer de detrás del escritorio levantó la cabeza y me miró por encima de sus gafas, y con algo de desgana preguntó: “¿Qué número tienes?” Busqué rápidamente el papelito donde lo tenía apuntado. “La 573” Se levantó para buscar la llave en unos cajones que estaban a sus espaldas.
“Las habitaciones son de cuatro, ¿verdad?” Pregunté, curiosa. Dándome la llave me dijo: “Me parece que no, chica. Esta mañana llegó un chico que le ha tocado en tu misma habitación y me hizo la misma pregunta…Es una habitación doble”
Cogí la llave y me quedé pensativa. ‘Me da un poco de corte compartir habitación con un chico desconocido…’ Mientras pensaba en eso, cogí mis maletas y empecé a marchar dirección la habitación, cuando me di cuenta que no había dado ni las gracias. Me giré hacia la señora que se me había quedado mirando “Oh…¡ gracias!” Y volvió a dirigir su mirada a la pantalla del ordenador que tenía en el escritorio.
………………………..

Al final de un pasillo del quinto piso, el cual me costó muchísimo encontrar, llegué delante de la puerta donde estaba mi numero de habitación escrito. Solté mi mano de la maleta y dejé la bolsa que llevaba en el brazo en el suelo, y cogí la llave. Cuando estaba a punto de meter la llave, la puerta se abrió, y salió un chico que casi se tropieza conmigo.
“Oh! Disculpa, no sabía que había nadie detrás de la puerta.” Dijo con una sonrisa algo tímida. ”No pasa nada” Contesté, devolviéndole la sonrisa.
Nos quedamos parados mirándonos unos segundos y entonces miró mis maletas. Con un brazo las señaló, diciendo “Supongo que eres mi compañera de habitación ¿Necesitas que te ayude?” Volvió a sonreír, ahora sin ninguna timidez, enseñando una perfecta sonrisa blanca que podría ser digna de cualquier anuncio de televisión.
Cogió la maleta más pesada, y nos dirigimos al interior de la habitación. Una vez dentro dije: "Gracias"